El primer día caminamos por Wimblendon, Piccadilly Circus y Soho que es por donde está el hotel; todo era como lo imaginaba, cada que caminaba y veía edificios, calles y monumentos era como si ya hubiese estado ahí y recordaba películas y series a través de las cuales había ya conocido un poquito de eso que estaba viviendo. Se nos fue la tarde caminando, comimos algo rápido y nos fuimos al hotel a descansar para el día siguiente.

A la mañana siguiente, antes de las 9:00 ya estabámos listos para salir a desayunar. Yo era o soy el encargado de escoger los cafés que vamos a visitar, porque siempre mantengo viendo en redes cafés, así que escogí uno que había visto y seleccionado desde hacía mucho tiempo. El café se llama Wolfox en The Savoy y debo decir que es uno de los mejores en los que he estado. Desde que llegas te sorprende la estética del lugar, es impecable desde el servicio, pasando por los productos y termnando en los precios, para mi es un lugar perfecto. Pagamos 25 libras (aproximadamente 121,200 COP al cambio de hoy) por persona por comida y bebida.

Después de ese supér desayuno y supér lugar, el día pintaba muy bieno, siempre con riesgo de lluvias porque es Londres, pero muy bueno. Tomamos un bus y nos fuimos a caminar el Tower Bridger y sus alrededores hasta llegar al Borough Market donde hay demasiada oferta gastronómica y todo está bueno y barato aunque la verdad no comimos nada porque habíamos desayuno hace poco.

Luego tomamos el tren hacía el London Eye y desde allí nos fuimos caminando hasta el Big Ben y City Westminster. A medida que iba caminando más me iba enamorando de esa ciudad con tanta historia tan antigua pero moderna a la vez. Atravezamos el St. James's Park, viendo esos jardines tan impresionantes, las ardillas, patos y cisnes en el lago, hasta que llegamos al Buckingham Palace donde estuvimos un rato viendo como empezaba la logística para la maratón que era al día siguiente.

Todas nuestras jornadas terminaban en Soho ya que el hospedaje es cerca y tiene restaurantes y bares, así que después de la caminata del día volvimos. Cenamos en un restaurante italiano llamado Bancone Golde Square donde disfrutamos de una deliciosa pasta, en un ambiente muy agradable y a muy buen precio, pagamos 25 libras (aproximadamente 121,200 COP al cambio de hoy) por persona por comida y bebida. Finalmente, nos fuimos al hotel a descansar.

El domingo nuevamente, antes de las 9 am, estabamos listos para salir a desayunar, esta vez escogí un café que estaba muy cerca del hotel, llamado Wolfox Coffee Roasters donde tomamos algo y picamos un croissant porque no venden desayuno o brunch. Luego tomamos el metro y fuimos a Notting Hill para conocer el comercio local y las famosas casas de colores; quedé sorprendido con la oferta gastrónomica de Londres en general, hay damasiados resturantes y puedo decier que en los que pude visitar me fue muy bien.

La siguiente parada fue Cadem Town aquí estuvimos un rato largo porque el ambiente es muy bueno, es muy alegre aunque todo es muy peculiar, las tiendas están decoradas de una manera especial muy propia de allí. En cuanto a la comida, en el mercado hay muchos puestos con variedad y todo preparado al instante; Cami y yo nos compartimos una burger y unas papas con carne y nos gustó mucho, Creo que de lo que más me gusta de Londres es la cantidad de mercados que hay.

La última visita del día era en Shoredictch y Calle Bricklane donde había también un mercado lleno de ropa vintage, libros y muchos emprendimientos. Decidimos terminar la noche en un bar en Soho llamado The Yard donde siempre hay muy buen ambiente, Camilo lo conoció en el tiempo que vivió en Londres y le gusta mucho, bueno ahora debo decir nos gusta mucho.

Del último día solo teníamos la mañana porque a eso del medio día teniamos que salir hacia el aeropuerto que estaba a 1 hora de destinacia. Al despertarnos, nos organizamos y salímos del hotel a eso de las 9:00 am, ya dejando las maletas en el lobby del hotel porque la hora del check out era a las 11:00 am. La primera parada fue en un restaurante que habíamos visto todos los días pero todos los días había cola para entrar pero esta vez como estaban recién abriendo tuvimos chance de encontrar una mesa al instante; el restaurante se llama The Breakfast Club, según nos dijo uno de los camareros tienen muchos puntos en la ciudad y en Soho pudimos ver 2 de ellos; la oferta gastronómica está basada en la comida mexicana (de mis favoritas), todo estaba delicioso y tanto Cami como yo pedimos unos huevos estilo rancheros que literal estaban para chuparse los dedos.

Terminando el desayuno, nos fuimos a Créme, un lugar donde venden una galletas espectaculares y que son muy típicas de Londres, por lo que pude ver, ya que hay muchas marcas y todas siempre están llenas de gente haciendo sus compras. La galleta favorita de Cami es la de banana y chocolate negro, es deliciosa (como todas) pero debo decir que mi favorita fue la de chocolate de leche, simplemente no tiene comparación, también ordenamos un café y nos fuimos comiendo esto, recorriendo las calles camino al hotel por última vez.

Recogimos nuestras cosas en el hotel y finalmente emprendimos el viaje camino al aeropuerto, repletos de felicidad y emoción porque habíamos cumplido un sueño más. Definitivamente, tenemos que volver, es más, lo prometimos, así que muy pronto podré recomendarles más sitios y cosas por hacer en Londres porque sí o sí vamos a volver (si Dios quiere).

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